En la Batalla de San Jacinto, un 14 de septiembre de 1856, los nicaragüenses aguerridos y valientes arrebatamos para siempre la fe en la victoria del invasor.
En la Batalla de San Jacinto, un 14 de septiembre de 1856, los nicaragüenses aguerridos y valientes arrebatamos para siempre la fe en la victoria del invasor.