Lema 2025

Luis Alfonso Velásquez, el Niño Mártir que Sembró Revolución con Coraje y Determinación

Luis Alfonso Velásquez UNAN-León

Su apodo era el “El Grillo” porque con destreza y compromiso contribuía al abono del pensamiento revolucionario en pro de la lucha popular que llevaría al pueblo alcanzar el sol de la libertad.

Era el menor de seis hermanos viviendo en una casa humilde de Managua y siendo testigo directo de las precarias situaciones que las familias nicaragüenses resistían bajo el yugo de la dictadura somocista; Luis Alfonso Velásquez Flores era un niño inteligente y supo decidir por el bien de su pueblo y de su patria.

A los ocho años de edad forzado por la difícil situación económica de su hogar, entiende que es necesario cambiar el lápiz y papel por la palabra y acción, ambas herramientas indispensables en la actividad revolucionaria que ya cobijaba Nicaragua en aquel 1977.

Como un niño humilde y astuto, con coraje y determinación, Luis Alfonso Velásquez Flores asumió tareas importantes en el Frente Sandinista de Liberación Nacional; llevando correo, elaborando bombas de contacto y participando en manifestaciones colegiales, haciendo llegar así la propaganda revolucionaria a la población, además, aprovechando cada espacio para motivar a la juventud a integrarse a la lucha de la insurrección popular, sin contar los muchos días en que recogía dinero, para aportar a la causa y poder llevar comida a los compañeros que permanecían en las iglesias tomadas.

Como un niño de apenas nueve años participaba en células de la juventud, organizando actividades en contra del sangriento gobierno de los Somoza y desde todos los espacios rechazaba la idea de tomarse escuelas y niños como rehenes porque sabía que los niños tenían derecho a la educación y fue ese su legado.

El 27 de abril de 1979 durante un enfrentamiento entre guerrilleros y la guardia somocista, Luis Alfonso Velásquez Flores, recibió dos disparos en la cabeza y su cuerpo fue aplastado por las llantas del vehículo en el que viajaban los autores del crimen, queriendo simular así un accidente; aunque luchó por su vida, cinco días después, el 31 de julio, a pocos días de cumplir diez años, transitó a la inmortalidad, como el niño mártir de la Revolución.

Su legado de valentía, coraje y determinación es el abono de las victorias que cobijan a la niñez nicaragüense, esa niñez que hoy tiene como garantía el respeto indiscutible a sus derechos, bajo un proyecto revolucionario que el Frente Sandinista de Liberación Nacional desarrolla.

Hoy, nuestras niñas y niños gozan de una educación gratuita y de calidad, van con seguridad a sus centros educativos, reciben su merienda escolar, aprenden y se desarrollan en un ambiente de paz, unidad y amor, además descubren y potencian sus habilidades creativas desde el deporte, el arte y la cultura, porque son la semilla que germinó en las tierras fértiles de una Nicaragua bendita y siempre libre.

 

La UNAN-León, a través de Ciencias Químicas, desarrolló el concurso “Soluciones químicas para necesidades locales”, un espacio donde estudiantes y protagonistas compartieron propuestas innovadoras orientadas a dar respuesta a los retos de nuestras comunidades.

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El 26 de septiembre celebramos el Día Nacional del Maíz, declarado por el Gobierno de Nicaragua, mediante Decreto Presidencial No. 13-2023. Una fecha que honra nuestra identidad, tradiciones y la riqueza cultural que el maíz representa en la vida de nuestro pueblo.

En un acto lleno de fervor revolucionario, la Militancia Sandinista de la UNAN-León develó este 25 de septiembre la placa que otorga al Área de Conocimiento de Ciencias Jurídicas y Sociales el nombre de Juan José Quezada.

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Durante el encuentro, el compañero Daniel Edmundo Ortega Murillo, Coordinador de Medios del Consejo de Comunicación y Ciudadanía extendió el saludo fraterno de los copresidentes de Nicaragua, Comandante Daniel Ortega y Compañera Rosario Murillo

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